Mi Aventura de 100 Millas: Un Paso a la Vez por Saint Jude
Mi Aventura de 100 Millas: Un Paso a la Vez por Saint Jude
Hoy quiero compartirles una experiencia que, aunque comenzó casi por accidente, se convirtió en un desafío personal increíblemente gratificante: mi caminata de 100 millas durante el mes de abril. Mi objetivo no era solo físico, sino también solidario, ya que me propuse recaudar fondos para el Hospital Infantil Saint Jude. La meta inicial eran 200 dólares en donaciones, mientras yo me comprometía a completar esas cien millas a pie.
Confieso que mi inscripción fue pura chiripa, un "error de dedo" que me llevó a unirme a esta iniciativa. Un día, curioseando una publicación, sin darme cuenta ya estaba dentro. Quería ver qué tal era participar; el año pasado ya había tomado parte en un desafío de 40 millas donde solo se trataba de unirse a un chat para compartir avances, sin pedir dinero. Esta vez, sin embargo, se solicitaba una aportación mínima. Comencé con apenas 5 dólares, y aunque al final solo logré recaudar 50, ¡sí que completé las 100 millas!
Cuando empecé, creí que apenas llegaría a las 50 millas. Pero me organicé, y aunque me costó trabajo mantener la disciplina, pedí ayuda a mi familia para lograr el reto. ¿Qué hice exactamente para alcanzar mi meta? La clave está en tener muy clara la prioridad de lo que quieres lograr.
Primero, dividí las millas entre los días que quería caminar: aproximadamente 3.33 millas por día. Era crucial tomar descansos para que el reto no se volviera pesado o monótono. Así que decidí caminar 5 millas durante 20 días. De esta forma, si un día no podía hacer ejercicio, lo recuperaba en alguno de los días de descanso. Los primeros 15 días, todo fue sobre ruedas. También fue importante comunicarle a mi familia sobre el reto para que no me interrumpieran durante el ejercicio, a menos que fuera una emergencia real.
Mis caminatas las realizaba en casa, en el parque o en el centro comercial. Cada paso contaba, y esa era mi motivación para completar las 100 millas.
A la mitad del desafío, me sentía emocionada, pero también un poco desanimada. Si, como yo, no eres una persona muy activa, caminar se convierte rápidamente en un ejercicio cardiovascular de alto impacto. Por eso, es fundamental alternar la caminata con estiramientos o yoga. Esto ayuda muchísimo a que el cuerpo no se canse tanto.
La hidratación es súper importante. Beber suficiente agua evita el agotamiento y el dolor muscular. Esto lo aprendí a prueba y error. Y claro, siempre es recomendable consultar a tu médico ante cualquier duda para tener más información y poder lograr cada reto de ejercicio que te propongas.
Lo que necesitas para emprender tu propio desafío:
Un buen par de zapatillas deportivas cómodas es esencial. Serán tus mejores aliadas para evitar molestias, especialmente si tienes problemas en los pies como juanetes o callos, o dolores de rodillas. Las zapatillas específicas para caminar están diseñadas para proteger tus pies y rodillas de un maltrato innecesario.
Fue un gustazo haber cumplido este reto, y la verdad, ¡vamos por más! Esta experiencia me demostró que con planificación, disciplina y un poco de apoyo, podemos alcanzar metas que al principio parecen inalcanzables. No se trata solo de la distancia recorrida, sino de la fuerza de voluntad que descubrimos en el camino y el impacto positivo que podemos generar. ¿Qué gran paso te animarías a dar tú?
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